Emmanuel Brahn tiene nueve años, una figura menuda y una sonrisa pícara. En sus pies descalzos arrastra la suciedad de la calle, por donde deambula apenas se levanta hasta que le entra el hambre. Lleva un saco más grande que él mismo, en el cual va depositando cada botella plástica que se le cruza en el camino.
Los números de la basura
De las cinco fundaciones que todavía operan como recolectoras de basura, las cinco pertenecen al Distrito Nacional: Fundsaco, que opera en las áreas de 24 de Abril, Simón Bolívar, Gualey y Las Cañitas; Escoba, en Capotillo; Fundemapu, en el sector La Puya de Arroyo Hondo; y Fucosaguscigua27 y Fundsazurza, estas últimas las que más empleo generan y basura recogen.
Entre todas, recolectan anualmente unas 142 mil toneladas de desechos.
—El mayor éxito de las fundaciones comunitarias es la ganancia ambiental –dice José Miguel Martínez, secretario de gestión ambiental y riesgo del Ayuntamiento del Distrito Nacional. Conoce a fondo el programa, porque durante años fue el encargado de darle seguimiento-. Por toda esa basura que ya no llega al río.
No hay una medición que permita valorar en cifras el real impacto de la iniciativa. Las estadísticas levantadas para el Censo de 2002 evidencian que, efectivamente, los barrios con mayores problemas de cañadas contaminadas, basura, y aguas estancadas son aquellas que bordean los ríos Isabela y Ozama:
Para esa fecha, un 40% de las viviendas de La Zurza y un 42% de las de Gualey estaban afectadas por las cañadas. Del otro lado del río, la situación más grave era la basura. En El Tamarindo, un 63% de los hogares sufría con este tema, un 51% en el Cachón de La Rubia, un 34% en Los Mina Norte, y un 39% en Los Tres Brazos. Como referencia se puede citar a Bella Vista, en el otro lado de la ciudad: apenas un 1% de las viviendas estaba afectada con las cañadas, y un 15%, con la basura.
¿Cuál es la situación actual? Hasta que las estadísticas barriales del Censo 2010 no estén disponibles, no hay cómo comparar. Las cifras que se manejan en el Distrito Nacional hablan de la recolección de basura: las fundaciones recogen una de cada cinco fundas producidas en el municipio, y eso que no alcanzan a cubrir el 10% del territorio del mismo.
El beneficio es para todos: en total, las fundaciones generan 524 empleos en sus comunidades, y el ayuntamiento se ahorra 4 dólares por tonelada de basura trasladada a Duquesa, en comparación al costo de las empresas subcontratistas que operan en otros sectores del municipio.
Un festín de microbios
Las fundaciones fuera del Distrito Nacional han tenido un destino ingrato. La única iniciativa en Santo Domingo Oeste, en el Café de Herrera, se disolvió. En Santo Domingo Este, la fundación que operaba en los Tres Brazos dejó de existir. La que recolectaba basura en Los Mina Norte –Fundaproreba- vio interrumpido su acuerdo con el ayuntamiento cuando asumió el nuevo síndico en 2006.
—El trabajo se descontinuó al tomar posesión Juan de Los Santos. Él no quiso continuar –asegura Alejandro Mañán Castro, gerente ejecutivo de Fundaproreba.
Sin los ingresos de la basura, el alcance de la fundación se ha visto reducido, pero no eliminado.
—Hacemos trabajo de educación y orientación con las comunidades –dice Nelis Polanco, miembro del consejo de la organización, mientras camina por el borde de la Cañada José Feliú, en Los Mina Norte-. Damos charlas de salud, educación y medio ambiente.
Fundas plásticas, restos de comida y retazos de tela se aglomeran en la cañada. Dos o tres gallinas de plumaje intermitente exploran los restos. El cuerpo de un pollo descabezado estancado en el agua oscura ha atraído insectos voladores, que completan el panorama.
Es un buen día para la cañada, dicen los vecinos: “Hoy está limpia porque las lluvias arrastraron todo”.
0 comentarios:
Publicar un comentario